Dibujar y pintar mandalas puede ayudarte a reducir el estrés, mejorar tu salud y tu calidad de vida.
Colorear no es una actividad exclusiva de niños. Los adultos también pueden recurrir a esta práctica para beneficiarse de muchas formas y mejorar su calidad de vida.
Existe una nueva tendencia de libros para colorear, dirigidos a los adultos, cuyo propósito es beneficiar su salud de diferentes maneras, como reducir el estrés diario. Dichos libros no son para colorear muñequitos ni paisajes, sino mandalas de diferentes formas geométricas y con diversos grados de dificultad. Los mandalas son la representación de la mente en su totalidad: desde el consciente hasta el inconsciente. Son originarios de la India y luego se propagaron por la cultura oriental hasta llegar, mucho más tarde, a occidente, gracias al psiquiatra suizo, Carl Gustav Jung.
Esta práctica es una forma de meditación activa que conecta al ser con sus hemisferios cerebrales, ayudando al equilibrio emocional, espiritual, energético y físico:
- Reduce la ansiedad y el estrés: la acción de colorear necesita que el cerebro coordine la combinación de colores con la lógica, para poder entender qué figuras se están formando cuando se colorea.
Para esto tu cerebro activa la vista y las habilidades motoras, por lo que debes enfocarte en esta actividad, y deja a un lado las preocupaciones y el estrés para alcanzar estados de calma. - Ayuda a equilibrarnos: desde una visión espiritual los mandalas son centros energéticos de equilibrio y purificación que ayudan a transformar la visión que tenemos de nuestro entorno y de nosotros mismos.
- Aquieta nuestra mente: al estar en soledad te proporciona calma y ayuda a potenciar estados positivos como la alegría, paz, tranquilidad, creatividad, seguridad y belleza.
A nivel terapéutico, las formas que pintamos tienen su significado:
Círculo: seguridad y unión. Conecta con el ser interno.
Cuadrado: equilibrio, estabilidad y protección.
Triángulo: transformación y vitalidad.
Espiral: energía curativa y de espiritualidad.
Cruz: simboliza las decisiones.
Corazón: felicidad, unión y amor.
Estrella: libertad. Se relaciona con los elementos del universo.
Mariposa: transformación y autorenovación del alma.
Laberinto: confusión y autoreflexión.
Al igual que los colores:
Rojo: vitalidad, prosperidad y amor.
Naranja: creatividad, maternidad y fecundidad.
Amarillo: fortaleza, sanación y capacidad de digerir emociones estancadas.
Verde y rosado: amor propio y hacia las demás personas.
Morado y lila: sanación espiritual y energética. Elevación del espíritu.
Azul y turquesa: conexión espiritual y búsqueda de uno mismo.
Blanco: la comunión de todos los colores, espiritualidad.
Recuerda que si tú estás bien y en armonía contigo mismo esto lo proyectarás en tu entorno, haciendo que quienes te rodean se sientan igualmente tranquilos.
Fecha de publicación: diciembre 9 de 2019.
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