Compartimos contigo las reflexiones de grandes pensadores sobre los retos que nos dejará la pandemia.
Son muchos los interrogantes y más los desafíos que con la llegada del covid-19 afrontamos como humanidad. Con el propósito de desvelar algunos de estos retos, SURA y el Hay Festival se unieron en un proyecto que reunió a diez grandes pensadores de los últimos tiempos.
Compartimos a continuación cómo imaginan el mundo después del coronavirus Fernando Savater, escritor y filósofo español; Lydia Cacho, periodista y activista mexicana; y Javier Cercas, escritor y periodista español.
Fernando Savater: la pandemia vista desde la solidaridad y la ciencia
“La sociedad se llama así porque estamos asociados y, obligadamente, dependemos uno de otro. Somos semejantes y, sobre todo, en la vulnerabilidad, somos frágiles, nos estropeamos con facilidad. Esa condición humana nos debe dar simpatía y proximidad con los otros porque ser solidarios es mejor para todos: no se trata de un gesto bondadoso y altruista que caracteriza a las buenas personas, sino que es una necesidad. La solidaridad es una forma de egoísmo inteligente.
No tengo interés en que todos los seres humanos tengamos que parecernos; dejemos a la gente que sea como mejor pueda, pero lo que no puede pasar es que seamos compatibles con un virus que nos mata cuando el objetivo es acabar con él. Apelemos a la ciencia. Nos enfrentamos a algo que sigue un proceso natural y la naturaleza no tiene piedad. Los peligros naturales se combaten con ciencia y conocimiento: son estos los que orientan la preservación de la vida. Escuchemos a los científicos, quienes nos darán soluciones basadas en pruebas y experiencias y, ojalá, con la vacuna pueda volver la vida que teníamos antes.
Yo no pienso cambiar de vida ahora; añoro la que tenía, ojalá volviéramos a ella y aprendiéramos a disfrutar más y quejarnos menos. Si hay que hacer alguna enmienda, podría ser el orden de las prioridades, pues dábamos mucha importancia a las cosas que carecen de ella, como el dinero y el prestigio, sabiendo que hay otras que son más sencillas, como la ternura de una caricia, una palabra amable, la conversación, los paseos, la compañía al comer y tomar algo. Todo eso lo vamos a valorar más.
Hace seis meses ninguno de nosotros sabía que padeceríamos un virus y estaríamos confinados, por esta razón es ridículo hablar del futuro. Lo que sí podemos hacer es darnos cuenta de hasta qué punto en un mundo más unidocientíficamente, en el que los países se ayuden unos a otros con medicinas y otras necesidades, la salud y el bienestar serán algo que compartamos con los demás. Debemos invertir nuestra fuerza y talento en hacer que este compartir se fomente”.
Lydia Cacho: perspectiva de género y nuevas masculinidades
“¿Qué significa ser hombre y serlo en medio de la pandemia? ¿Es lo mismo que significa ser mujer? ¿Se sienten encerrados en una casa, solos y comen menos porque no hay quien les cocine o son menos higiénicos porque no hay quien limpie y trabaje para ellos?
Las cosas están cambiando en la pandemia: hombres haciendo labores de casa que jamás habían hecho, pues no fueron educados para esto (aunque hay excepciones). ¿Que si los hombres van a cambiar a partir de la pandemia y el encierro? La pregunta más importante es si nos vamos a tratar mejor entre todos. Los hombres deben sumarse a las labores de cuidado de los otros seres humanos; si no nos cuidamos entre nosotros, nos destruimos y también todo lo que está en el entorno.
Mientras hombres y mujeres coincidimos en cómo se vive el miedo a la incertidumbre, vemos otras situaciones diferentes: algunos de ellos colaboran en tareas del hogar en una proporción diaria menor del 2 %, y la mayoría de ellas siempre limpia su casa. Estas tareas tardan horas y los hombres están descubriendo que les implica un desgaste, el cual les impide trabajar de manera concentrada. Hay mujeres cansadas y aburridas, pero hay hombres que lo están mucho más.
Me gustaría poder crear un nuevo ‘normal’, con otras reglas y principios para convivir de formas distintas. No quisiera que volviéramos a la normalidad de antes: está llena de violencia, corrupción y desigualdad. Somos un mundo egoísta en el que, además, los gobiernos son cada vez más incapaces de elaborar ideas inteligentes y mejorar las condiciones de vida de la sociedad”.
Javier Cercas: la batalla por el relato de la realidad
“Lo que domina ahora es la incertidumbre y el miedo, pero el miedo es peligroso, es el instrumento político más mortífero: hace esclavos. Los tiranos y aspirantes a tiranos están haciendo su ‘agosto’ porque la gente tiene miedo.
Situaciones de crisis profunda, como esta que vivimos, generan contracción; la gente se encierra con su propia comunidad y esto provoca el rebrote de los nacionalismos. Estamos en un dilema entre seguridad y libertad: dos grandes valores, pero poco incompatibles; cuanta más libertad hay, menor es la igualdad. Sé que no es fácil, pero hay que encontrar un equilibrio, pues uno de los dos valores llevado al extremo puede matar al otro.
Soy escéptico ante esta situación y cito a Bernard Shaw: ‘Lo único que se aprende de la experiencia es que no se aprende nada de la experiencia’. Repetimos una y otra vez los mismos errores sabiendo que de todo esto podríamos aprender (por ejemplo, sobre la importancia de los sistemas de salud públicos sólidos y de invertir en la investigación), pero a los seres humanos nos cuesta trabajo.
Aun así, pienso en el libro La fuerza mayor, de Clément Rosset, cuyo tema central es la alegría. Hoy, la realidad es terrible: la gente se enferma, muere, pierde su trabajo, la está pasando mal y, a pesar de todo, acá seguimos. Por muy dura que sea la vida, hay que celebrar permanentemente el milagro de estar vivos. No hay nada más, esto es lo que hay y es lo que hay que disfrutar. Ojalá Bernard Shaw esté equivocado y algo aprendamos”.
Fecha de publicación: agosto 18 de 2020.
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