Elegir una carrera profesional permite asentar las bases del futuro laboral y empezar a trabajar por metas de vida. ¿Cómo tomar la mejor decisión?
“La carrera profesional es el vehículo para conectarse con los propósitos más misionales y trascendentes de la vida”, dice Catalina Caicedo, sicóloga y directora de bachillerato del Colegio Marymount, quien está convencida de que elegir un programa de educación superior representa la oportunidad de unir los intereses y las habilidades para empezar a cimentar las bases del futuro laboral pero, sobre todo, las del proyecto de vida.
Esa decisión, que suele tener una connotación tan determinante, hace que muchos adolescentes, especialmente los que están muy cerca de graduarse del colegio, sientan miedo y confusión. Aunque es normal sentirse así, esta etapa también constituye un período de valiosos aprendizajes, pues le permite a cada individuo identificar sus intereses y objetivos, así su primera opción de carrera no sea la definitiva. Caicedo, quien ha acompañado a cientos de estudiantes en su proceso de elección de carrera, recomienda seguir estos cuatro pasos:
- Cuestionarse los gustos: este es un momento de búsqueda interna, de preguntarse por las pasiones, debilidades y fortalezas. Para esto es importante hacer listas mentales o escritas sobre esas actividades que despiertan afinidad y curiosidad. ¿El arte? ¿La escritura? ¿Las matemáticas? La idea es conectar esas pasiones con los sueños; reflexionar acerca de cómo esos gustos podrían desarrollarse hasta el punto de convertirse en herramientas para materializar los proyectos de vida.
- Autogestionar el sueño: actualmente, la información está a un clic de distancia. El proceso de búsqueda que hacen los jóvenes en esta etapa, guiado por los padres o cuidadores, debe estar cargado de autonomía y conciencia sobre los propósitos personales. De esa manera, al tomar la decisión lo harán sin ceder ante presiones externas o modas.
- Definir los escenarios de proyección educativa: crear un equilibrio entre las expectativas personales y la realidad del contexto (aspectos sociales, económicos, familiares, entre otros) es fundamental para elegir el lugar de formación. “Es necesaria una mezcla entre la voluntad, que es la que les abre caminos a los jóvenes para lograr lo que quieren, y las posibilidades reales que tienen. Mientras haya más claridad en la decisión, más fácil es buscar las oportunidades en universidades nacionales o internacionales, en instituciones que ofrezcan becas, etc.”, cuenta la experta.
Es necesario que los adolescentes investiguen opciones educativas en todos los niveles (desde los escenarios más soñados hasta los más alcanzables y cercanos) y compartan la información con sus padres o cuidadores para tomar una decisión más argumentada.
La sicóloga recomienda que, durante la etapa de búsqueda de escenarios educativos, es importante leer los perfiles de estudiantes y egresados de las instituciones y carreras, pues los planes de estudio pueden resultar confusos en algunas ocasiones. También aconseja consultar los programas de orientación vocacional de los colegios y las universidades, visitar las instalaciones de las instituciones de educación superior y asistir a ferias dedicadas a la difusión de pregrados, tecnologías, técnicas y otros programas.
4. Considerar las tendencias del mundo: todos los días, la tecnología impone cambios vertiginosos y nuevos retos empresariales, sociales, educativos y culturales. Estudios realizados por Randstad, una compañía global de recursos humanos, dicen que el 85 % de los trabajos que existirán en 2030 aún no se han inventado, lo que hace necesario considerar las tendencias del mundo y el mercado para tomar la decisión. “Los chicos pueden empezar por preguntarse: ¿qué va a necesitar de mí el planeta en 15 años?. Las oportunidades que ofrece el mundo de hoy son distintas y más posibles que las que existían hace décadas, por eso es esencial que los papás sean conscientes de estos cambios para acompañar mejor a sus hijos”.
Papás o cuidadores acompañan, no deciden
La sicóloga Catalina Caicedo recomienda a los papás o cuidadores que están a la expectativa de la decisión de los jóvenes: “Deben acompañarlos de manera respetuosa, teniendo claro que ellos son seres humanos que están escribiendo su historia y que, por lo tanto, no cumplirán sueños ajenos ni se convertirán en personas que no quieren ser”.
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Fecha de publicación: noviembre 2 de 2019.
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