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¿Cómo promover la lectura desde Instagram? El caso de @queleoyo

23 abril 2019 Decide

Esta bookstagrammer promueve la lectura desde la cuenta de Instagram @queleoyo. Conversamos con ella sobre la experiencia.

Una biblioteca de cinco niveles atestada de libros y dos cojines en forma de emoticones son, tal vez, los elementos más llamativos de la sala de Alejandra Restrepo Bolívar. Ella es una bookstagrammer​ que, aunque estudió y ejerció la publicidad, terminó coordinando los clubes de lectura del Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín. ¿Cómo llegó ahí?

Todo empezó con su amor por la lectura, que cultiva desde niña, y el cual, ya en la adultez, decidió combinar con su pasión por la publicidad. Un día se le ocurrió crear una cuenta en Instagram (@queleoyo) para compartir fotos y comentarios de los libros que leía. Estaba convencida de que detrás de una buena imagen podía haber inquietud por saber qué se decía de la pieza, así que lo conside​ró un gancho para atraer.

Hoy la cuenta tiene más de dos años, 18 344 seguidores y 497 publicaciones cargadas de buenas recomendaciones literarias, fragmentos inspiradores y mucha estética visual, pero quizás lo más importante es la comunidad de lectores que nació, pues esta ha contagiado a sus círculos cercanos el amor por la lectura.

¿Cómo empezó tu relación con los libros y la lectura?

Mi relación con los libros​ y la lectura empezó por mi familia. Desde que estaba muy pequeña siempre vi a mi abuelo leyendo y hablando de libros, luego a mi mamá, y ella me motivaba mucho para que leyera, entonces eso fue fundamental. Siempre que estaba aburrida le decía a mi mamá: qué hago que estoy aburrida, y ella me mandaba a leer. Entonces creo que por ahí fue que inició todo.

¿Qué autores o textos te marcaron en esos inicios?

Cuando tenía nueve años estaba desocupada y mi mamá me dijo: busca en la biblioteca un libro para que te pongas a leerlo. Y el más cortico era El viejo y el mar. Pero empecé a leerlo y dije: “Mamá, ¿qué es esto tan aburridor? Voy a dejarlo”. Entonces lo odié. Y hace dos años lo leí, me reconcilié con él y me pareció hermoso.

Luego en unas vacaciones me quedé sola en la casa de ella y cogí un libro que se llama La esfinge, de Robin Cook. Lo leí en dos días y para mí cambió todo. En el colegio también me pasó que los profesores nos ponían a leer Cien años de soledadLa odisea… y mientras mis compañeros buscaban resúmenes, yo estaba empeliculada con el libro haciendo el árbol genealógico de los Buendía. Y me volví lectora constante cuando tenía como 20 años.

¿Por qué nació @queleoyo?

Nació simplemente por una pasión: soy publicista y quería tomarles fotos bonitas a los libros, pero esto fue adquiriendo otro carácter y objetivos, y uno de ellos fue desmitificar la lectura como un pasatiempo aburrido, al lector como una persona que tiene que usar palabras rimbombantes para hablar de libros o que es una persona que solo puede leer autores rusos. Yo creo que uno lee por diversión.

Otro objetivo es acercar a la gente a los libros, a la lectura, hablar de las ventajas que tiene y contagiar ese amor y agradecimiento que yo siento por los libros, porque a mí me han cambiado la vida, me han sacado de abismos muy profundos, han sido compañeros, me han enseñado muchísimo. Yo en la cuenta hablo de lo que a mí me gusta y también de lo que no me gusta, pero siempre trato de que la gente tenga claro que es un gusto personal.

¿Qué impacto ha tenido la iniciativa?

Solo experiencias bonitas. Hoy tengo un club de lectura que va a cumplir dos años con personas que ya son amigos. Y muchísima gente me escribe mensajes hermosos contándome que antes leían un libro al año y hoy leen doce y este año van por más. Otro me dijo que era el único que leía en su casa y ahora tiene leyendo a su primita, a su hermanito, a su mamá, y que compra libros para él y se los va prestando a todos.

Eso es lo que me llena y me lleva a decir que vale la pena el cansancio, el trabajo extra. Hoy me invitan a muchos eventos y eso me encanta porque he podido ver autores muy buenos, además me entero de novedades literarias. En mi familia, como todos me ven leyendo, me dicen que conmigo cómo no van a leer, entonces ha sido bueno ver que la gente sí se va contagiando.

La lectura ha influido tanto en mi vida que cuando decidí hacer una especialización, la hice en Literatura en la Universidad Pontificia Bolivariana​, y hoy gracias a la cuenta trabajo en el Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín.

¿Cómo ha sido pasar de promover la lectura en una red social a hacerlo en un sistema de bibliotecas?

Ese sí ha sido todo un reto​ porque no es lo mismo trabajar a tu ritmo, con tu estilo, en una red social que es tuya, a pasar a cumplir con objetivos, respetando planes de trabajo, estilos de trabajo diferentes, conceptos distintos.

Ha sido un reto muy enriquecedor porque a la gente que llega a @queleoyo le interesan los libros o la lectura. En una biblioteca te enfrentas con gente que no siempre va a la biblioteca buscando qué leer o porque le guste la lectura. Ha sido una experiencia muy nece​​saria para darme cuenta de las realidades que hay por fuera de las redes sociales.

¿Por qué se te ocurrió promover la lectura desde un medio que, en teoría, ha venido restando lectores a los libros en los últimos años?

Yo no creo que las redes sociales y lo digital sean malos. Es malo el uso que nosotros les damos, la gente que legitimamos y los me gusta que damos a personas que de verdad no aportan nada valioso. Pero a mí las redes sociales​ me parecen maravillosas en el sentido de que han logrado comunicarnos sin importar distancias ni ideologías.

El año pasado leíste 61 libros. ¿Cómo lo logras? ¿Cómo manejas tu tiempo para mantener una vida profesional, sentimental y familiar con un ritmo de lectura tan alto?

A mí nunca me falta un libro en el bolso. En cualquier espacio que tengo me pongo a leer​: en una fila, en una sala de espera, en el metro, si almuerzo sola. Por otro lado, yo pertenezco a varios clubes de lectura entonces eso ayuda también a que uno se acose para leer y tenga siempre un libro en la mochila. También tengo un hábito y es que todos los días, en la mañana cuando me despierto o en la noche, le dedico mínimo media hora o cuarenta minutos a la lectura.

Fecha de publicación: diciembre 4 de 2018.

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