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Brigitte Baptiste, una mujer que construye su propia identidad
8 marzo 2019
Decide
Esta profesional lidera el Instituto Humboldt y llama la atención por su condición de transgénero, pero más por su talento.
Brigitte Baptiste llegó al mundo en un cuerpo de 35 años. Aunque físicamente nació el 23 de octubre de 1963 en Bogotá, con el nombre de Luis Guillermo Baptiste, el ser que la acogió cariñosa y discretamente durante más de tres décadas, un día decidió que debía afirmar su identidad y vivir como quien se sentía en realidad: una mujer.
La actual directora del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, empezó a estudiar Arquitectura en la Universidad Javeriana, pero el amor por el campo y un marcado interés por los temas ambientales la llevaron al encuentro con la ecología. Y como en los años ochenta la carrera más relacionada que encontró fue Biología, aunque la cursó sin mucho entusiasmo, terminó graduándose y enamorándose de ella.
En la biología, Brigitte descubrió una profesión hermosa que reforzó su conexión con la naturaleza, esa misma que desarrolló en los tradicionales viajes familiares a la Costa en el Ford Anglia de sus padres, con estación en varias ciudades y acampada incluida. Ese recuerdo se aloja especialmente en su memoria junto con el de sus abuelos maternos, refugiados catalanes de la Guerra Civil que llegaron a Bogotá y que, con espíritu libre y formación política contundente, influenciaron notablemente su personalidad.
Cómo olvidar a sus amigas de la universidad, impulsadoras de su descubrimiento, fuentes de amor y confianza. “Fue la primera vez que sentí que Brigitte podía existir”, recuerda, y aunque con ellas se atrevió a compartir sus búsquedas, el proceso fue un camino más largo y complejo.
Siendo Luis Guillermo nunca pudo hablar sobre la dimensión femenina que lo habitaba; simplemente no encontraba la forma de ponerlo en palabras. Optó entonces por relegarla y asumir su rol de hombre, con la frustración que aquello suponía. Se casó con una bióloga y se fue a estudiar una maestría a Florida, Estados Unidos.
En ese país encontró la información y las primeras respuestas que necesitaba. Su separación tras siete años de matrimonio y la muerte de su hermana fueron un golpe seco a la estabilidad de su mundo y el detonante para nombrarse y reconocerse. “Yo soy Brigitte y voy a ver cómo existo ahora, cómo me encuentro a mí misma”, se dijo a los 35 años.
Hace 20 años comparte su vida con Adriana Vásquez, una socióloga y literata con quien tiene dos hijas —Candelaria y Juana Pasión— y tres gatos. Después de años queriendo asumirse de acuerdo con lo que sentía, poco le angustia enmarcarse en categorías: las considera cerradas, estrictas. Prefiere fluir.
¿Qué es ser transgénero?
“Ser transgénero es ser capaz de moverse a través del género sin quedar atrapada ni anclada en ningún estereotipo ni en un rol definitivo. Es ser capaz de explorar y construir el equilibrio entre lo femenino y lo masculino y moverse entre las dos definiciones y hacia los lados”, afirmó hace un par de años en una entrevista para la revista Bocas.
Como directora del Instituto Humboldt desde 2011, ha recorrido el país y evidenciado el carácter resiliente de sus territorios, pero también el panorama adverso que provocan la violencia y la corrupción. Dos versiones de la sociedad colombiana que para ella están en constante tensión. No obstante, aún se sorprende con el potencial de un país como el nuestro: “Nacimos en un sitio espléndido en términos de oferta natural, de riqueza de agua, de suelos. Pese al deterioro ambiental, es un país donde todavía esa riqueza representa una oportunidad gigantesca de hacer las cosas distinto […], entonces todo el tiempo estoy tratando de enviar ese mensaje porque la diversidad biológica sigue presente en todas partes”, asegura.
Esta mujer, que ha sabido ganarse su lugar como líder de una autoridad nacional e internacional en el campo de la biodiversidad, habla con propiedad de lo que sabe y siente sin abandonar la mirada noble y la sonrisa que no esconde cuando algo le causa gracia.
Tiene pendiente terminar su doctorado, no por el afán de robustecer su currículo, sino por volver a ese espacio académico para encontrarse con la teoría y hacerse preguntas. De igual manera, trabaja en dos libros: uno sobre la historia de los paisajes colombianos y otro sobre género. Este último por curiosidad científica, pero también como indagación personal para entender qué ha pasado en su vida y en la de tantas otras personas que conoce.
No se considera una activista en temas de género, pero sí siente una responsabilidad de “extender un círculo de afecto” por medio de su mensaje, sobre todo hacia quienes no han sido tan afortunados como ella a la hora de expresarse. Frente al papel fuerte que han tomado las mujeres desde hace algunos años, su opinión es clara: “Creo que estamos descubriendo una deuda muy antigua con la mitad de la humanidad. No una deuda de centenares, sino de miles de años. No solo en nuestra cultura, sino en muchas culturas del mundo”.
En julio de 2016 cambió su cédula de ciudadanía para identificarse oficialmente como mujer. Su nombre: Brigitte Luis Guillermo Baptiste. El primero como homenaje a la actriz francesa Brigitte Bardot. El segundo, quizá, como reconocimiento a un pasado que siempre estará y a la valentía de vivir, finalmente, con la felicidad de ser quien es.
Fecha de publicación: marzo 8 de 2019.
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